Oaxaca, Oax. Manuel Arias Montes, párroco de la Inmaculada de Juquila, quien denunció pederastía protegida por el arzobispado bajo la figura de José Luis Chávez Botello, afirmó sentir temor por su vida: “Temo perder mi vida porque me están acosando al máximo para hundirme y todo por haber denunciado la pederastia clerical y la protección del arzobispo.” El arzobispo Chávez Botello parece no querer irse sin ver mi cabeza en una charola como regalo para él o para los pederastas”.
El sacerdote, que es doctor en Teología por la Universidad de Tübingen, Alemania y que fue discípulo del arzobispo Bartolomé Carrasco Briseño, delata que existen represalias desde el arzobispado contra los diez sacerdotes que denunciaron la pederastia clerical por medio de una carta A dos curas ya les quitaron el cargo.
La carta llegó a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe donde fue considerada “inverosímil”, exonerándose a Gerardo Silvestre Hernández, cura acusado de pederasta. Sin embargo la autoridad civil lo detuvo, encontrándose elementos para procesarlo. En el Centro de Reinserción Social número 12 espera su sentencia por el cargo de abuso sexual en agravio de 10 niños zapotecas.
El párroco Manuel Arias alertó que esta nueva comunicación le va a traer más represalias, pero quiere que el papa Francisco conozca del caso porque su vida puede peligrar.
Sus temores se fundamentan en que: “el 10 octubre de 2014 fueron cortados las mangueras del líquido para freno de mi choche y sufrí un accidente. (..) Tiene que ser investigado.”
El hostigamiento del que ha sido víctima el sacerdote incluye pintas ofensivas y soeces para desprestigiarlo, amenazas, destrozos del vehículo de la Coordinadora del Consejo de Pastoral e “intentos de entrar gente armada encapuchada”. En Noviembre una persona le habría llevado el mensaje de que lo iban a matar.
La persecución en su contra habría iniciado en 2009.
La gente de la comunidad apoya al sacerdote y quieren defenderlo de las autoridades de la Iglesia que intentan removerlo arbitrariamente para imponer a un nuevo párroco.
Escrito por: Alejandro Rojas