Acapulco, Guerrero.- Además de los diarios asesinatos, ejecuciones y crímenes que se cometen en el puerto de Acapulco, también brillan otro tipo de vejaciones: el turismo sexual y pedófilo en las costas guerrerenses.
Ya sea por una piedra, una playera, un pantalón o 300 pesos, cualquier extranjero ganoso puede liarse con un menor de edad y realizar cualquier tipo de perversión.
En varios sitios públicos de Acapulco, como la plaza, el Malecón, el Oxxo por el Telecable, la Soriana de La Costera, las canchas del CROM, en el asta bandera, en Caleta y Caletilla o en el propio Zócalo es común que padrotes y madrotas designen a los niños con quienes los extranjeros pasarán la tarde.
Luego de que Cancún dejara de ser la capital mexicana, y quizás también mundial de la pedofilia, Acapulco se ha convertido en el sitio para que canadienses, italianos, americanos, franceses, alemanes y hasta mexicanos gocen en paraíso de la carne joven.
Según la Unicef, ya esta ciudad guerrerense ha desbancado a Cancún y Tijuana en prostitución infantil.
En el DIF Municipal, la directora Rosa Muller, se encarga de rescatar a niños en situación de calle y de las garras de la prostitución, las drogas y una muerte temprana. La fémina de 53 años contó que los indígenas tienen el hábito de vender a sus hijos, pero a mexicanos no.
Mama Rosy, como la conocen los pequeños que rescata, se ha dedicado a ofrecer oportunidades a los chicos y chicas que se prostituyen por droga y unos billetes.
En el DIF se les permite que duerman, coman y se duchen; además Mama Rosy les ofrece ropa y comida. Ninguno es obligado a quedarse luego de los 18 años.
Manuel es uno de esos chicos que entran y salen del albergue, según las ganas que tenga de drogarse.
“En esto siempre hay clientes, la mayoría son viejos, pero hay de todo. Gabachos, de Canadá, franceses y mucho mexicano. No es cierto que nomás los turistas de otros países nos busquen. Hay batos dañados”.
“El precio que manejamos casi todos es de 200 pesos, más 100 por quedarnos a dormir. Los gabachos y gabachas dan más: 400. Lo chido es que ellos se hospedan en hoteles bien chingones. Yo he ido al Avalon, al Hyatt, al Presidente, al Emporio y al Princess”.
Pero también le han tocado muertes de sus amigos: “a un jotito con el que me juntaba lo treparon a un carro y lo apuñalaron. Otro se murió de cáncer y una morrita de sobredosis. Ángel, el gordo, murió de sida. Yo hasta eso soy negativo, aquí en el albergue nos hacen la prueba a cada rato. Soy un cabrón con suerte”, asegura.
Como Manuel hay decenas de historias.
En abril de 2003, autoridades de la Policía Federal arrestaron a 18 pedófilos, 12 extranjeros y rescataron a 10 niños. Entre los detenidos estaba Enrique Meza Montaño, hijo del entonces regidor de Convergencia, Óscar Meza Celis.
A los otros, la PF los presentó como una banda de pedófilos que operaba en Europa, EU, Canadá y México; además se les vinculó con Robert Decker y Timothy Julian, dos pedófilos sentenciados en cárceles de California.
Apenas el miércoles 26 de noviembre de 2015 se supo que el neozelandés, Murray Wilfred Burney, estaba reclutando a menores de edad para reorganizar la red de pederastas que Meza Montaño y otros dejaron a la deriva.
Crónica por: Maestro Alejandro Almazán / Edición: Diego Velázquez R.